1 de julio de 2010

DESCONTROL EN LA NOCHE, ANTESALA DE LA MUERTE

El alcoholismo es el principal objetivo de riesgo vial en el país. Esteban Gorriti.

El alcoholismo es el principal factor objetivo de riesgo vial en el país. Está presente en el 55 por ciento de los siniestros, de los cuales el 37 por ciento se produce durante las madrugadas de fines de semana, en ocasión del masivo regreso de los boliches. Más de tres mil jóvenes mueren cada año en dichas circunstancias. La ley 24.788 (de Lucha contra el Alcoholismo) es letra muerta, aun cuando su cumplimiento reduciría a la mitad el índice mortal. Ningún gobierno provincial ni municipal se ha interesado en hacerla cumplir. El negocio del alcohol nocturno está sospechosamente despenalizado de hecho.

El Concejo Deliberante de Córdoba sancionó -por unanimidad- en noviembre último la ordenanza de Espectáculos Públicos, que obliga en forma expresa a los bolicheros a hacerse cargo del deterioro psicofísico de sus clientes, por consumo de alcohol o drogas al momento del egreso del local. Se toman "los recaudos necesarios para que las personas afectadas por estados patológicos sean puestas inmediatamente bajo custodia del personal policial hasta tanto sean entregadas a familiares u otros garantes de su integridad física y moral, o sean atendidos in situ por personal médico. . . En ningún caso podrá el titular (del establecimiento) desentenderse de la situación creada, produciendo el egreso del afectado sin haber agotado las gestiones para procurar tales derivaciones".

Ya no quedan dudas: el bolichero tiene obligación legal de responder por el resultado dañoso de sus actos comerciales abusivos, cuando ha omitido cumplir con su deber de cuidado. Sin embargo, es notorio que el Ejecutivo está incumpliendo sus deberes de control del negocio de la noche. El resultado de esa actitud negligente o corrupta es un promedio de dos jóvenes muertos por cada fin de semana en la capital.

Cuando los funcionarios permiten el fatal descontrol de factores de riesgo previsibles y evitables, no sólo incurren en mal desempeño de sus funciones, sino que además cometen un delito doloso causante de un terrible daño social. Dejar a miles de jóvenes librados a su suerte en circunstancias públicas de diversión nocturna es un hecho criminal.

Si el sistema judicial no reacciona, la sociedad seguirá soportando este nivel de pérdidas, propio de una guerra, con miles de familias destruidas por la trágica desaparición de un hijo en el ámbito de la nocturnidad.

Y los boliches seguirán siendo la antesala de la muerte vial.

Fuente: LA VOZ

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